La cultura de la burocracia tiene un mismo efecto, frenar el desarrollo dinámico y la operatividad ágil y pronta de la política revolucionaria de transformación socialista de los medios de producción.
Se trata de autoorganizarse no sólo fuera del poder imperialista, en una falsa e imposible neutralidad cognoscitiva y apolítica, sino directamente en su contra.
Un viaje en el corazón de la revolución y en las estrategias de transición hacia una economía social. La multiplicación de nuevos modelos de organización social, política y productiva.