Se trata de autoorganizarse no sólo fuera del poder imperialista, en una falsa e imposible neutralidad cognoscitiva y apolítica, sino directamente en su contra.
Un viaje en el corazón de la revolución y en las estrategias de transición hacia una economía social. La multiplicación de nuevos modelos de organización social, política y productiva.
En las charlas y comisiones se repasaron diversas experiencias y se concluyó que existe ya una base de confianza para avanzar en la articulación de acciones conjuntas, más allá de las diferencias.
La cultura de la burocracia tiene un mismo efecto, frenar el desarrollo dinámico y la operatividad ágil y pronta de la política revolucionaria de transformación socialista de los medios de producción.
El encuentro se desarrolló con la participación de 300 trabajadores, militantes e investigadores de 12 países en Amuay, Venezuela, en cuatro días de fructíferos debates entre 22 y 25 de julio.